lunes, mayo 28, 2007

Observando el entorno

Cada día tomo el subterráneo para ir a laborar para ganarme la vida, este diario deambular por la oscuridad de los túneles hace que converja con todo tipo de especímenes de lo más exótico que puedas encontrar. Por una parte los vendedores ambulantes, que con sus estridentes aparatos para promocionar la piratería musical nos van dejando ensordecidos con una diversidad de géneros y artistas; por otra los mendigos que se suben y bajan, siendo ya cotidianos en ciertas épocas del año y ciertas líneas, con sus lamentos y tragedias aprendidos en un discurso gastado por la repetición; No faltan los predicadores de la palabra que se dirigen a ti, tratando de hacerte rectificar el camino y seguir las enseñanzas de Dios, dando por hecho de que eres culpable por el mismo hecho de estar vivo; Ni los chavos de la calle, faquires autoformados que buscan unas monedas con sus pequeños actos para seguir perdiéndose en el abismo en que han caído, pero todos estos son los más comunes, los que saltan a la vista por su intempestuosa aparición en ese pequeño espacio-tiempo.

Existen otra diversidad que pasa casi desapercibida, esta la formamos el común de la gente (me incluyo), los que cotidianamente nos trasportamos cargando a cuestas nuestra identidad, nuestros sueños y preocupaciones, nuestra forma de ser. Como parte de mi formación visual, el ser fotógrafo me hace conciente de muchas cosas, me permite observar desde otra perspectiva la realidad y al conjunto de personas que están interactuando frente a uno. Me doy cuenta de que observo a la gente desde este otro ángulo, y esto me acarrea ocasionalmente alguna pequeña riña con mi esposa pues se figura que veo a las mujeres con otra intención, pero es más un reflejo de esta forma de ver la realidad; veo fisonomías, composiciones, contrastes y capturo en mi mente alguna escena que considero sería una buena imagen. No he intentado capturarlas con la cámara pues esto sería muy agresivo, yo se que el uso de la cámara con la gente es bastante delicado, es un elemento totalmente intrusivo, y que en éstas ocasiones y espacios no es muy adecuado. Las sorpresas se siguen una a una para quien se detiene a contemplar lo que lo rodea en lo más simple de la vida, y los contrastes son evidentes si lo logras percibir. Pasen por la vida observando, deténganse un momento para reflexionar al respecto.

Música:
"Meeting along the edge" del Álbum Passages de Ravi Shankar / Philip Glass

2 comentarios:

AleMamá dijo...

Tenemos algo en común: el observar lo cotidiano, "mirar como turista" el propio entorno.

En nuestro Metro de Santiago no sube ningún tipo de personas como los que enumeras, pero son personajes ampliamente reconocibles en las lçineas de microbuses, aunque se los ha regulado y deben subir con una identificación oficial. Los demás, sin clasificación ni permisos los vemos en cada esquina, y suelen ser de mal agüero: estaremos un rato esperando el semáforo.

Saludos amigo. Es un gusto tenerte dando vueltas.

Anónimo dijo...

Cada uno de los que ahí estamos con nuestra vida a cuesta somos un mundo desconocido para el vecino. El don de poder observar estos mundos desde otra perspectiva (desde la del artista visual) es un privilegio para poder entender o complicarnos más la existencia. Pero vale la pena que lo intente cualquier hijo de vecino para saber que no está sólo, que el dar y recibir se vuelve más imperioso ahora que nunca.
Saludos.