martes, octubre 23, 2012

Un viaje por la Sierra 6ª parte



Continúo con este relato que se quedó inconcluso desde hace mucho pero mucho tiempo (ustedes sabrán disculparme la inconstancia).

Días 5 a 12. 

Desperté muy temprano pues ese día era el primero en el que participaría en la primera celebración que tenía la comunidad. El templo del pueblo estaba dedicado a la Virgen María, se sucedían dos fechas tradicionales en la comunidad, las de la Virgen de la Inmaculada Concepción y la de la Virgen de Guadalupe, 8 y 12 de diciembre respectivamente, de acuerdo a su tradición las celebraciones eran de tres días por lo que comenzaban dos días previos a la fecha de la conmemoración, del 6 al 8 y del 10 al 12 de diciembre. Al estar en una localidad tan alejada, la afluencia de personas no era mucha, únicamente las personas de la población eran las que asistían y participaban. El día estaba parcialmente nublado y hacía un poco de frio, llegué al templo y entre en el atrio donde las personas empezaban a congregarse. Un par de personas ya me conocían y me saludaron y empecé a tomar unas cuantas fotos para que se acostumbraran a mi presencia y sobre todo a que traía una cámara. Para empezar, trajeron una gran olla con comida para los asistentes. Empezaron a repartir en platos un caldo con algunas verduras y un trozo de carne, además de tortillas para que lo comieras. Una de las personas que estaban repartiendo me dio mi plato y mis tortillas, por un momento dudé pues ya había desayunado y la verdad no estaba preparado para que me hicieran partícipe en la celebración pues yo era un forastero en el lugar. Por un momento pensé en cómo lo comería pues no tenía ninguna cuchara, únicamente un plato humeante y tortillas, me fijé en las demás personas y me pude dar cuenta que en este lugar las tortillas suplían la función de los cubiertos y puse manos a la obra y torpemente empecé a comer. Posterior a este alimento, las personas empezaron con el ritual propio de la celebración, los danzantes se formaron en el atrio y el músico, que tocaba un violín empezó a entonar una melodía para que iniciara la danza. Empezaron a danzar y varios de ellos llevaban el ritmo con unas sonajas de lata y dieron varias vueltas en el atrio para posteriormente detenerse frente a la puerta del templo para entrar. Fue muy particular ver la forma en que se organizaron pues pude darme cuenta del rol que tomaba cada persona en la celebración. Estaba claramente delimitado el papel de hombres y mujeres en la ceremonia, Los danzantes eran hombres y el músico y la autoridad tradicional de la iglesia formaban un grupo central, las mujeres no formaban parte en el inicio de la celebración ni de esta primer la danza y se concretaban a ver desde lejos el inicio de la ceremonia. Al llegar a la entrada del templo hicieron unas reverencias y pasaron al interior en donde siguieron con las danzas, la música y los rezos frente al pequeño altar en donde estaban las representaciones de los santos vestidos a la usanza de ellos y en pequeños nichos de madera en los que los pueden transportar, las mujeres permanecieron afuera. El inicio de la ceremonia fue igual para cada uno de los días en que se llevaron a cabo ambas celebraciones, desde el primero de estos me acerqué con mucho respeto tratando de pasar desapercibido, aunque evidentemente no era así pues era un forastero en la comunidad. Poco a poco aceptaron mi presencia pues fue a través de las autoridades tradicionales el acuerdo para que sacara las fotografías durante estos días. Un aspecto que no tenía previsto era el del material fotográfico, como la salida estaba planeada para 3 días y actividades diferentes, levaba un limitadísimo número de rollos que me proporcionaron y yo llevaba algunos más que de manera personal siempre cargo pero eran insuficientes para hacer un registro fotográfico en forma. Además de ser mis primeras experiencias en campo, esto dificultaba poder decidir cuándo hacer registro y cuándo no pues esperaba a que me llevaran más material que quedaron en enviarme. La segunda parte del ritual, una vez concluida la estancia en el templo, fue la salida con los santos al atrio de la iglesia, en este caso llevaban a Jesús y a la virgen en estos nichos que eran cargados por dos hombres el primero y una mujer la segunda. Los hombres se ponían a la derecha de los que cargaban al santo y las mujeres a la izquierda de la virgen. Comenzaba la procesión dentro del atrio precedida por los danzantes, en seguida los hombres y después el grupo que cargaba los santos y cerraban esta procesión el resto de las mujeres atrás; la música sonaba empezaban a dar vuelta por el atrio varias veces hasta que por fin salían en la calle en esta disposición para ir a través del pueblo hasta el lugar en que continuarían los ritos durante el día.

miércoles, octubre 17, 2012

Desde la ventanilla






Siempre que viajo por avión, que normalmente es por cuestiones de trabajo, me gusta pedir ventanilla para poder ver el mundo desde esas alturas. Puedo decir que no me canso de estar inspeccionando el horizonte y los paisajes cambiantes de acuerdo a las rutas que va tomando el vuelo. Regresando de la Paz, Baja California, recorres la parte final de la península para después adentrarse en el Mar de Cortés y posteriormente entrar nuevamente a tierra. 

La imagen que ilustra esta entrada la tome en uno de esos regresos en el que afortunadamente había una excelente visión. Lo particular de esa ocasión fue que el piloto tuvo que hacer una maniobra brusca de descenso para evitar la ruta de otro avión que se dirigía a los cabos y coincidió que volaba al mismo tiempo que nosotros en ese lugar.

martes, octubre 16, 2012

Mensaje del 94


"La amistad y la cortesía siempre será el mejor recuerdo de quien la brinda. Gracias Sr. Gûicho, lo estuvimos recordando sus amigos Felipe, Charles, Dn. Pedro Domeq, Rafa, Efraín, Agustín, Rafita, Belisario Domínguez. GRACIAS"

Así está escrito en un pedazo de papel que lo pusieron en 1994 en una de las paredes de la sala de la casa de Morelia en el estado de Michoacán, que le pertenece a mis padres. Aunque nuenca se terminó de construir, siempre fue el refugio de los amigos de mi padre para escapar y departir entre ellos alejados de las esposas. En un par de ocasiones me toco estar en esas reuniones en las que charlaban animadamente, tocaban la guitarra, cantaban y hacían tremendas comilonas solo por el placer de estar con los amigos. 

Este mensaje lo he visto durante años en las pocas ocasiones en que fui de visita a esa ciudad. Algunos de los que se reunieron en esa ocasión ya han partido pero siempre me llena de nostalgia recordar esos momentos pues siempre fueron muy amables y cálidos conmigo.