Tiene tiempo que no he posteado nada en este pequeño espacio, el final de año trajo consigo una carga bastante fuerte de trabajo, terminar los proyectos, el cambio de gobierno y autoridades en el trabajo, el empezar a generar información para una nuevo programa que en breve se dará a conocer.
El hecho es que no tuve tiempo ni cabeza para escribir como tampoco para participar en los blog´s amigos que visito y que he tenido descuidados; afortunadamente este ajetreo no se alargo dentro de periodo vacacional de fin de año y del cual he aprovechado a placer, tanto que no he tocado la computadora salvo en muy contadas ocasiones.
Este tiempo, aunque muy familiar, siempre me ha dado cierta melancolía desde que era muy joven. Nunca ha sido una época de alegría desbordante sino más bien un compás de espera, una zona neutra.
Muchos hacen un balance del año, de los logros y los nuevos objetivos a realizar, si me pongo a pensar en eso no llego a vislumbrar exactamente si lo realizado me es del todo grato o si solamente llego a cubrir de cierta manera con lo esperado; y esto viene a colación por que muchas veces haces proyectos en conjunto y si todas las partes no trabajan de forma profesional todo tu trabajo se va por el desagüe. Durante este año que recién concluyo y el anterior, trabajamos para publicar un libro sobre el Programa de Atención a Jornaleros Agrícolas en el cual formo parte del equipo, yo siempre manejé que este tipo de proyectos es de un proceso de 2 años para obtener la calidad que se requiere y por la temporalidad en que se debían hacer los registros fotográficos, que en su mayoría me correspondió realizarlos, desafortunadamente siempre se hicieron las cosas a la carrera, las salidas se tardaron en autorizar, el material de los dos primeros viajes se perdió por cuestiones tan inverosímiles como la decisión de una persona del área administrativa que no envió el material al laboratorio que solicite por que tenían un proveedor que les daba crédito, el resultado, todas las diapositivas perdidas por químicos contaminados.
Para no hacer el cuento largo, después de todo el trabajo de redacción, revisión , ajustes, selección de fotografías y diseño editorial; el libro estaba listo para irse a prensa previa digitalización de todas las fotografías, hasta ahí todo iba bien y este último tramo lo supervisaría otra área, pero con el entendido de que yo revisaría el procesado y la prueba de impresión. El hecho es que nunca me consultaron y mandaron a imprimir; cuando por fin apareció el resultado, arrrrggghhh, quería tirar el libro a la basura, la digitalización era pésima y todo el esfuerzo no valió nada. En fin...
También me quedo con una larga lista de proyectos que, como siempre, se han quedado a dormir el sueño de los justos esperando una mejor ocasión para despertar y hacerse realidad; pero eso ya lo iré viendo este año y seguiré en este espacio esperando que les agrade lo que se me vaya ocurriendo poner. Por lo pronto estaré de vacaciones hasta el 8 de enero.
Música: "Walk on the ocean" del Álbum Fear del grupo Toad the wet sprocket
El hecho es que no tuve tiempo ni cabeza para escribir como tampoco para participar en los blog´s amigos que visito y que he tenido descuidados; afortunadamente este ajetreo no se alargo dentro de periodo vacacional de fin de año y del cual he aprovechado a placer, tanto que no he tocado la computadora salvo en muy contadas ocasiones.
Este tiempo, aunque muy familiar, siempre me ha dado cierta melancolía desde que era muy joven. Nunca ha sido una época de alegría desbordante sino más bien un compás de espera, una zona neutra.
Muchos hacen un balance del año, de los logros y los nuevos objetivos a realizar, si me pongo a pensar en eso no llego a vislumbrar exactamente si lo realizado me es del todo grato o si solamente llego a cubrir de cierta manera con lo esperado; y esto viene a colación por que muchas veces haces proyectos en conjunto y si todas las partes no trabajan de forma profesional todo tu trabajo se va por el desagüe. Durante este año que recién concluyo y el anterior, trabajamos para publicar un libro sobre el Programa de Atención a Jornaleros Agrícolas en el cual formo parte del equipo, yo siempre manejé que este tipo de proyectos es de un proceso de 2 años para obtener la calidad que se requiere y por la temporalidad en que se debían hacer los registros fotográficos, que en su mayoría me correspondió realizarlos, desafortunadamente siempre se hicieron las cosas a la carrera, las salidas se tardaron en autorizar, el material de los dos primeros viajes se perdió por cuestiones tan inverosímiles como la decisión de una persona del área administrativa que no envió el material al laboratorio que solicite por que tenían un proveedor que les daba crédito, el resultado, todas las diapositivas perdidas por químicos contaminados.
Para no hacer el cuento largo, después de todo el trabajo de redacción, revisión , ajustes, selección de fotografías y diseño editorial; el libro estaba listo para irse a prensa previa digitalización de todas las fotografías, hasta ahí todo iba bien y este último tramo lo supervisaría otra área, pero con el entendido de que yo revisaría el procesado y la prueba de impresión. El hecho es que nunca me consultaron y mandaron a imprimir; cuando por fin apareció el resultado, arrrrggghhh, quería tirar el libro a la basura, la digitalización era pésima y todo el esfuerzo no valió nada. En fin...
También me quedo con una larga lista de proyectos que, como siempre, se han quedado a dormir el sueño de los justos esperando una mejor ocasión para despertar y hacerse realidad; pero eso ya lo iré viendo este año y seguiré en este espacio esperando que les agrade lo que se me vaya ocurriendo poner. Por lo pronto estaré de vacaciones hasta el 8 de enero.
Música: "Walk on the ocean" del Álbum Fear del grupo Toad the wet sprocket
2 comentarios:
De todo se aprende, amigo, aunque sea a golpes.
Yo pasaba a desearte un feliz 2007, que aún es posible arreglar los desastres.
Un abrazo virtual desde Chile.
nunca he sido de los tipos que dicen feliz año y esas barbaridades, en especial nunca me he encomendado a las uvas ni a las maletas que salen a las doce de la noche.
Pero especialmente días después de que los cuetes sonaron he sentido la necesidad de hacerlo con algunos cuantos amigos de la red.
Que sea próspero lo que venga.
Por cierto, que pena, no lei la entrada, saliendo de mi ducha lo haré.
Un abrazo.
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