martes, enero 19, 2010

Hace casi un año...

 ... que expuse en el museo Casa Talavera y nunca comente que pasó. A continuación la reseña:

Antes de ir a la inauguración, tuve una pequeña entrevista vía telefónica para la radio de la ciudad de México (que es del gobierno local), esta fue muy breve y solo hice algunos comentarios al respecto de la obra y de los cañeros. Terminé lo que estaba haciendo en la oficina y me fui para el museo. Caminé tranquilamente para metro Hidalgo, aborde y me bajé en el Zócalo y plácidamente me encaminé a la calle de República del Salvador y de ahí hasta Talavera.

Cuando tienes tiempo puedes observar muchas cosas que normalmente no aprecias; precisamente esa calle esta plagada de tiendas de telas y mercerías, existen construcciones antiguas que ocupan estos comercios y el flujo de gente es muy grande.

Llegando a la calle de Talavera me encuentro con que estaban arreglando la calle y todo era un de polvadero. El paso bloqueado de la esquina me condujo a pasar por un pequeño espacio de puestos o tenderetes de una placita. Es curioso pero esa equina en particular es de puras tiendas dedicadas a las figuras del niño Jesús, todo estaba lleno de ropa y adornos para vestirlo, de todos los tamaños y de todas las advocaciones de santos con que quieras representarlo, uniformes de fútbol y una cantidad tremenda (por no decir ridícula) de accesorios... pasele, pasele  trajes de a 3 por $200.00...

Pase por un lado del terregal y entre al museo que es una antigua casona que anteriormente era una bodega de alimentos, cuanta con dos patios y es de dos pisos, cuando entras  percibes esa atmósfera especial de los sitios viejos. A esa hora no había mucha gente y me di una vuelta por el lugar pare ver donde estaba la expo y buscar a alguien para ver como estaría el ajetreo.

Ya contactado con la gente del museo, me hicieron una entrevista para la propia universidad y una vez concluida me fui para la galería, que se llama el Molino para proceder con el acto inaugural.

Y así sucedió todo:

En la entrada de la galería se habían juntado varias personas, como unas 20, me presentaron con una reseña curricular,  hablaron de cómo la muestra se inserta en el ciclo de conferencias sobre migración que se tienen programadas y pidieron que explicara un poco la obra, el contexto y como es que el público se puede acercar a esta.

Brevemente les explique el contexto de las fotografías, el grupo social que está en la obra, como es su vida migrante a los campos de corte de caña y entramos a verla. El espacio de la galería está muy padre y las fotos se veían bien, aunque las montaron en un orden diferente al que corresponde para seguir el discurso visual que determiné, pero ya no hice mención al respecto pues en conjunto la vista es muy agradable.

Se me acercaron varios jóvenes para preguntarme el cómo es que uno se acerca a la gente para fotografiarla, cuanto tiempo estuve con ellos entre otras cosas.

Hace tiempo que no la veía colgada y me di tiempo para disfrutarla nuevamente y para criticarla, uno es su peor juez y hay varias cosas que me gustaría haber hecho en su momento. Estaba en eso cuando entro un grupo de niños de los talleres que tiene ahí y me preguntaron si podía platicarles sobre las fotos, y encantado acepte pues me agrada mucho convivir con los niños y más si puedo platicarles sobre lo que me gusta hacer.

Empecé preguntándoles si sabían de donde viene el azúcar  y por ahí un par de niñas dicen,...de las cañas!; y luego si sabían de todo el trabajo que se tiene que hacer para que se transformen en azúcar y ahí se quedaron callados. Les expliqué como trabajan las personas desde la quema hasta el corte, de las condiciones extremas en que lo hacen, el tiempo en que viven en Morelos lejos de sus casas, entre otras cosas. Me hicieron un montón de preguntas a las cuales contesté y vieron las fotos. Pude apreciar que ponían mucha atención a cada foto y que la disfrutaron. Platique con algunas personas sobre la obra, de los cañeros y su forma de vida, su problemática y todo lo que existe alrededor de estos migrantes.

Yo en particular estuve muy contento pues los niños me hicieron la tarde, me tome un poco de vino y ya pasadas las 19:00 horas se cerró la galería y me fui a casa.

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