lunes, octubre 12, 2009

Ira...

...desmesurada me invadió hace una semana.

Normalmente soy una persona muy centrada y pacífica, es díficil que me moleste o me enoje con alguien de manera repentina, pero ese día en particular no lo pude evitar. Resulta que abordamos un taxi mi esposa y yo, le indiqué al chofer el lugar al que íbamos y empezó a conducir. Siempre que nos ha tocado un taxista que no reconoce la dirección nos pregunta inmediatamente como llegar, pero este no lo hizo y pasando unos metros estaba tomando el rumbo equivocado, yo le indique que iba mal y que tomara la dirección indicada, aún así no lo hizo y volví a decirle cual era el camino correcto, por lo que dijo ya no puedo dar vuelta, mejor bájense; hasta ahí no tuve problema y empezamos a bajar pues tomar otro taxi no era problema, pero, y este es el pero que hubo y que desato el disgusto, cuando ya estaba bajando me empezó a increpar que ni le había dicho nada, incluyendo palabras altisonante y ahí si toda mi templanza desapareció más no mi educación, le grite que si no sabía su oficio para que andaba en él y azote la puerta con todas las fuerzas que pude pues en verdad mi enojo fue muy grande.

Mi esposa estaba asustada pues es muy raro que me enoje y cuando lo hago se me nota desde aquí a china, como diría mi madre.



Música: "Cento mani e cento occhi" del Albúm Darwin del grupo Banco del Mutuo Soccorso

2 comentarios:

AleMamá dijo...

Eres como mi pacífico esposo. No se enoja casi nunca, pero cuando lo hace....¡ayayayyyyy!

Qué bueno cada vez que regresas.

¿Viste que Chile clasificó para el mundial de fútbol? no sé qué tal México.....

Xuravet dijo...

Alemamá:

Es difícil que me enoje, trato de ser muy centrado al respecto.

No sabía que chile clasifico, y México ya lo hizo pero apenas me di cuenta, realmente el futbol no es lo mío, cosa que agradece mi esposa.

Un abrazo amiga.