jueves, agosto 31, 2006

El día que pude haber dejado de existir


Hace unas semanas al estar en casa de mis padres me puse a observar las fotografías que tiene mi madre sobre el piano, en una de ellas estamos mis dos hermanos y yo cuando éramos pequeños, yo tenía aproximadamente 6 años, mi hermano mayor 8, el pequeño 5 y mi hermana acababa de nacer .
Esta imagen me trajo algunos recuerdos de lo que pasó ese día y mi padre me corroboró los hechos, resulta que en esa ocasión mi padre, que en ese entonces era agente de ventas de una fábrica de jabón, nos llevó a todos de viaje con él, esa tarde la tuvo libre y paseamos por los alrededores del lago de Pátzcuaro hasta que nos detuvimos en el mirador “el Estribo” y nos tomó esa fotografía a los tres sentados en la pequeña barda que delimitaba el barranco (yo soy el de en medio). Después de eso estuvimos contemplando el paisaje y mi hermano pequeño, que era muy pero muy travieso, me empujo cuando yo estaba de espaldas al vacío y caí, recuerdo que fue muy rápido y afortunadamente había un pequeño terraplén el cual detuvo mi caída y me quedé viendo asombrado a mi hermano y a mi padre que me extendía la mano para sacarme de ahí sin hacerme daño, de no haber existido éste, el que hubiese dejado de existir sería yo.

Música: "Spirit of summer" del Álbum Prelude de Eumir Deodato

6 comentarios:

Lunaria dijo...

UF,menundo susto! Me imagino la cara de tu padre cuando vió que te caías. Menos mal que todo quedó en una anécdota.

Pilarcita dijo...

Por eso dicen que los niños son niños, en su cabecitas poco saben del peligro... Sí, pobre tu papá, enorme susto!
Saludos

Xuravet dijo...

Hola Romina, mi nombre es Luis Arturo. Saludos

இலை Bohemia இலை dijo...

Uf es que te pones a pensar en las cosas que pudieron pasar y no pasaron y...un escalofrío siempre nos acompaña. Suerte que todo quedó en un susto...Me gustó mucho la foto...

Celebro que te gustara ver en mi blog el palacio de Bellas artes de México, nunca he estado en tu tierra (aún) pero tengo amigos allí y esa foto es de uno de ellos.

Un abrazo

Ninfa dijo...

Parece mentira que a veces el destino juegue a nuestro favor, otras juega en contra. Me alegro de que ese pequeño terraplen existiera ;)
¡Besos!

Anónimo dijo...

Por una rara enfermedad, yo debí morir como a los doce.....he tenido cinco hijos y sigo bregando con mi vida.
Nadie se muere la víspera, pero ¡qué susto más horrendo! y yo quue sufro de vértigo....wahhhhh